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sábado, 9 de noviembre de 2013

Leño: reyes del rock español

por Aythami

Todos tenemos anécdotas de cómo llegamos a conocer un grupo que te marcó para toda la vida. La primera vez que escuché la palabra Leño fue en uno de mis innumerables viajes con mi tío. Da la casualidad que sonaba El tren, de la que ya hablaremos después.

Rosendo Mercado desde joven mostró su gran pasión por la música, casi ordenando a su familia que le compraran una guitarra. Fue su abuelo quien obró el milagro de callar a un adolescente con ganas de marcha. Creció y dejó la universidad por la que consideraba su verdad vocación: la música. Forma el grupo Fresa con amigos. Más adelante cambiaron el nombre del grupo por Ñu.

Los inicios de Leño se remontan al último día de 1977, el 31 de diciembre, tras la discusión de los componentes de Ñu Rosendo Mercado y José Carlos Molina. Rosendo, tras irse del grupo, crea Leño. En poco tiempo el grupo está en marcha. Rosendo reúne a un antiguo compañero de Fresa (Chiqui Mariscal) al bajo y al ex-batería de Coz (grupo del que saldría Barón Rojo) Ramiro Penas. Tras un año entero tocando conciertos por doquier, la banda saca su primer disco con el mismo nombre que el grupo, Leño. Poco después, Chiqui Mariscal abandona el grupo, siendo sustituido por Tony Urbano. 

Su álbum debut está entre los mejores discos de hard rock que se han hecho en España, y diría, por mi condición de fanboy, a nivel internacional.

Abrieron la veda con un tema extraordinario, Castigo. Una vez, un hombre que yo tenía por sabio me dijo que escuchar la canción sí que es un castigo. Dura 10 minutos, pero se nota que no la llegó a escuchar. A mí particularmente el sonido me recuerda al reputado The Dark Side of the Moon, de Pink Floyd, e incluso al de Led Zeppelin IV y Physical Graffiti, de Led Zeppelin.

        Buscarás perdido
         un lugar tranquilo.
         Hallarás oscuro,
         y habrá castigo. 

El segundo tema, El oportunista, es una evidente crítica, como solía hacer Rosendo, a los que les gusta el Rock and Roll por moda. Actualmente denominados como possers. 

         Me he juntado con los punk.
         Soy un moderno.
                                                                                                            
Vi rostros deshechos de satisfacción, es una de las partes de la siguiente canción: El tren. Clara alegoría del LSD, tema favorito de la muchedumbre española de los 70 y 80, que dio lugar también a una corriente cinematográfica en España, el cine quinqui, que narra las vivencias de los delincuentes que han alcanzado la fama gracias a delitos cometidos. Leño destaca también por su gran puesta en escena en cada concierto. Aquí una muestra.


Y llegamos a un tema muy significativa para la Movida madrileña, Este Madrid. Canción protesta de 1979, pero que hoy en día mantiene su vigor, por la contaminación, construcción desmesurada en detrimento de lo ecológico, energía nuclear...

        Queremos una central
         que nos suministre
         energía para destruir.

         Es una mierda Este Madrid.
         Que ni las ratas pueden vivir.                                                                                                                          

Todo rockero tiene su corazoncito, y lo muestran tarde o temprano. Rosendo dedicó a su hijo, Rodrigo, la quinta canción, La nana. Cantada soberbiamente y con mucha ternura por el ya fallecido Chiqui Mariscal. Rompe la sensiblería con espectaculares riffs, habituales en todo el disco.
Pelos de punta.


Y no le falta ironía a Rosendo. En la siguiente canción lo demuestra. Sodoma y chabola es la marcada diferencia entre el mundo rico y los pobres, dos tipos de vida tan distintos en una misma sociedad.

         La chabola echó a volar
         dejando lastre y miseria.
         Abajo quedó Sodoma,
         con dioses, hiel y hamburguesas.

Y Se acabó el primer disco. Sí, Se acabó, con ese nombre. Acaban con elegantes y exquisitas guitarras españolas. Bello.


Con el listón alto tras el primer disco, en 1980, un año después del primero, nos traen Más Madera. La falta de creatividad en este trabajo es evidente. Las canciones son muy sencillas y con una duración muy reducida respecto al disco anterior. Hay tan poco destacable que iré al grano con las canciones.

Una de las cosas que caracteriza a esta banda son los múltiples significados de sus letras. Rosendo y Chiqui sabían cómo comernos el coco en busca de los significados. La magia de la música. Una composición, mil interpretaciones. Así pasa en Insisto. Comienza de similar manera que Baba O'Riley, de The Who. A partir de ahí fluye la letra. De los mejores temas del disco.

Pasamos a Cucarachas. El tema es más para bailar que para hacer un headbanging. Se nota la influencia de la pasada década. La letra hace referencia, bajo mi punto de vista, de los opresores que nos intentan controlar por medio de la violencia.

           Comandos de podredumbre
           torturando impunemente.
           Apestan a odio y miseria.
           Dejan un rastro de muerte.

Y la canción top del disco: Lo que acabas de elegir. Rosendo siempre en contra de lo comercial. Es una canción muy aplicable a la actualidad.

           El material es perfecto.
           Hay muchas niñas locas por mí.
           En esta foto estoy moderno.
           Pero fíjate en lo que acabas de elegir.


Y después del intento fallido con Más Madera de pasarse al rock alternativo, algo que en teoría odiaban, llega ¡Corre, corre!, un recorrido por toda su carrera, una vuelta de tuerca hacia sus inicios, camino melancólico, anunciando su final.

Sorprendente, en boca de Rosendo, cuenta la sorpresa que recibe de sí mismo en un momento dado. Letra escrita en Londres cuando fueron a grabar el disco. De lo mejor del álbum.


En No se vende el Rock and Roll cuentan fugazmente su paso por el panorama español del rock. Por momentos los riffs recuerdan a las grandes bandas británicas del Heavy Metal ya mencionadas anteriormente.

           Tenemos una historia y algo que decir
           que no se vende nada el Rock and Roll.

Y cómo no, tenemos nuestra ración de crítica rosendionista. Sabemos lo que quieren, aunque no nos convenció. Corre, corre. Estamos en el juego, somos su preocupación. Corre, corre. Así cuenta en la canción que da nombre al disco, ¡Corre, corre!. Canción muy célebre del grupo madrileño.

Y damos paso a la canción final del disco,  ¡Qué desilusión! La mejor del disco y la que mayor representa la esencia del rock. Quieren dejar claro que el final se acerca y que no habrá más Leño. ¡Qué desilusión! El mierdipop español se acerca con Mecano, Radio Futura, Olé Olé, Tino Casal... ¡Qué desilusión!


En octubre de 1983 pusieron fin a su actividad. Los miembros así lo decidieron. Era lo mejor para la banda: "Dentro de dos años esto estará muerto, no vamos a conseguir nada, solo quemar una historia que es preciosa. Estaba consiguiendo lo que toda mi vida había soñado y me daba cuenta de que ya no era lo que me había planteado... arrastrábamos a mucha gente... era una responsabilidad que no quería asumir. Fue un cúmulo de historias, aparte de peloteras personales..." (Rosendo). Considerando que llegaron a un callejón sin salida a nivel creativo, Leño murió, ¡qué desilusión!



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